martes, 28 de septiembre de 2010

Oye man no le Pegue a la Negra....Piedad Cordoba.

"Oye man no le pegue a la negra...Esa negra se me respeta. (El Joeson).
En Colombia, aquel que piensa diferente es tildado de comunista. Aquel que tiene la piel oscura es un “negro inmundo”. Aquel que tiene la piel cobriza, despectivamente le llaman “indio”.

A el que piensa diferente (comunista), el negro inmundo, y el indio no tiene espacios de expresión en Colombia.

Piedad Córdoba, cumple las dos primeras piensa diferente y es de raza negra, a ella acaban de intentar amordazarla, su lucha por la paz ha sido valiente y de frente al país desafiando el “establecimiento.

La valentía de sus convicciones no la han podido detener ni los secuestros, ni las chuzadas del DAS autorizadas desde palacio, ni tampoco la sanción hecha con sevicia por un procurador de bolsillo al servicio de Álvaro Uribe. Me pregunto será este “otro coletazo de Uribe”. Recuerda mi artículo escrito el 15 de enero del 2010 titulado “Un Procurador de Bolsillo”.

A la mitad del país lo del procurador Ordoñez nos “huele” a "persecución política" algunos analistas dicen que no tiene rigor jurídico. Este procurador es un “saltimbanqui” e inepto. En un comunicado de la senadora Piedad aparecido hoy en el Heraldo del puerto caribeño de Barranquilla ella dice lo siguiente:

“Considero que la investigación disciplinaria adelantada por el señor Procurador, no tiene respaldo probatorio, mérito jurídico alguno y menos aún valor moral y ético. Quien temerariamente me acusa y me sanciona se encuentra seriamente cuestionado por sus actuaciones contra los derechos de la mujer, la población LGTB; las operaciones ilegales del DAS; la absolución, desestimando pruebas válidas en el caso de la llamada Yidispolítica, razón por la cual (en este último caso) se encuentra investigado por la Corte Suprema de Justicia”, agrega Córdoba en el texto del comunicado conocido ayer horas después de conocer la decisión del Ministerio Público.

En efecto este procurador quien le dio aprobación al viciado referendo de Uribe no tiene autoridad moral para sancionar a una senadora que ha luchado por la paz. Este "procuradorcillo" tiene cuentas pendientes con la Corte suprema de Justicia por el caso de la “Yidis política” que enlodo la primera reelección de Álvaro Uribe, Y en la Corte Suprema de Justicia lo veremos  “aunque haya tratado de salvar su pellejo” con la sanción a el ex ministro Sabas Pretel de la Vega.

No hay derecho, esta sanción contra Piedad merece el Rechazo por la sevicia de la sanción-mordaza a la senadora Piedad Córdoba.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Jo-joy o el Paisa quien sera peor?

"Y lo que mas temía sobrevino sobe mi"(Job).

Jo-joy, esa leyenda de terror y muerte murió en un bombardeo y esto era lo que mas temía, el había dicho, "lo que mas temo es morir bajo un bombardeo".

A las Farc  les digo que reflexionen, dejen la arrogancia y el orgullo, reconozcan su derrota y acuerden un  proceso de paz digno y sincero, luchen por su vida. No hay lugar para violentos, ustedes no representan a ningún pueblo decente, las conquistas de bienestar y prosperidad de un pueblo no se consiguen precisamente con el terror y la muerte, señores de las Farc ustedes no les producen confianza al pueblo colombiano, ustedes les producen miedo.

Al Nuevo gobierno colombiano, al "Establecimiento", dejen el triunfalismo, hoy cayó el Jo-joy pero 10 mas se levantaran tal vez peores que el, sino delen una ojeadita al prontuario del "paisa", el candidato a suceder a Jo-joy, es sencillamente aterrador. Pueden verlo en esta noticia que trae El Espectador.

 Y tu  "lokombia", deja la ignorancia, deja de celebrar estúpidas victorias militares, celebra cuando hayas derrotado la desigualdad, la pobreza, la concentración de la riqueza, la tenencia de la tierra por parte de unos pocos.

Transcribo una parte de la noticia que sobre el mono Jo-Joy trae hoy el diario el Informador de México
ANÁLISIS


La necedad es una respuesta lúcida

Orestes E. Díaz Rodríguez
“Raúl Reyes” se durmió pensando que el cielo ecuatoriano era suficiente para arroparlo. “Mono Jojoy” se acostó confiado que tras las paredes de unas cavernas en el corazón de la jungla estaba fuera de alcance. “Marulanda” estuvo 50 años alzado y nunca lo sorprendieron. Tampoco murió en combate. No se sentía a salvo en ninguna parte. Ésa, es una lección que extraerá de sus últimas desventuras lo que queda de la elite de las FARC. La otra, es fraccionarse en unidades pequeñas que no volverán a pernoctar jamás dos noches bajo la misma luna.

Las FARC están en su ocaso, obligadas a deambular en círculos sin infraestructura ni logística. Raquíticos son sus apoyos dentro y fuera del país y el camino al poder hace tiempo se les clausuró. Pero, sería una sorpresa verla salir de la jungla con los brazos en alto. ¿Por qué continuarían?

La pregunta no sólo atañe a esa organización. Podría formularse a su vez al resurgido movimiento Sendero Luminoso o al líder confeso de un modelo sin esperanzas como el isleño, a la guerrilla chiapaneca o al precursor del “Socialismo del Siglo XXI” que repite punto por punto las pifias de La Habana, también al político que sin propuestas nuevas y menos apoyos se lanza en cada ocasión a una nueva candidatura presidencial. ¿A qué obedece la insistencia en una conducta necia?

Una compleja mezcla de obsesión, rencor, utopía y vanidad sería la explicación más recurrida, si la necedad no fuera, ante todo, usufructuaria de un modo de vida. Riesgoso, a veces suicida, siempre fuertemente cuestionado pero con incentivos y beneficios que sus benefactores juzgan inaccesibles en otros escenarios.

América Latina es territorio fértil para la necedad. La necedad es un pataleo contra la convicción íntima y notoria de que el curso de la historia va en dirección opuesta, pero aferrándose a ella organizaciones y personas encuentran un medio especial de supervivencia.

Grandes ideólogos de la necedad viven aún en nuestra región. Quizás ninguno tan diáfano como un reconocido artista isleño que en medio de la quiebra moral y material de un mundo que alguna vez creyó justo sólo atinó a cantar: “Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Allá Dios que será divino. Yo me muero como viví”. La necedad es una respuesta lúcida.

Mtro. Orestes E. Díaz Rodríguez

www.orestesenrique.wordpress.com UdeG.